El espacio personal y la intimidad son un bien preciado, sobre todo ahora que a muchxs nos ha agarrado la cuarentena con roomies, pareja o familiares.

En el día a día es fácil encontrar un rinconcito para relajarnos, dejarnos llevar, pensar y tener tiempo para nosotrxs mismxs, pero ahora no podemos hacer muchas de esas actividades que nos permitían gozar de nuestra intimidad. 

¿No se puede estar solx en esta casa?

 

Es necesario que tengamos espacios de intimidad, a solas con nuestro cuerpo y pensamientos, para poder afrontar esta situación que estamos viviendo. La rutina a la que estamos acostumbradxs ha parado y ahora es más importante que nunca reinventarnos. Pero ¿cómo puedo mantener mi espacio personal si tengo compañía 24/7?

Te hemos preparado unos tips para sobrellevar este confinamiento de la manera más saludable posible:

 

Nuevas normas

¡Los cambios son una oportunidad para repensar y reorganizar nuestra vida! Para conseguir facilitar la convivencia en estos tiempos de cuarentena hay que cambiar algunas normas, por eso te proponemos hacer una reunión con tu familia o compis de piso.

Si eres de lxs que siempre tienes la puerta abierta y en vuestra casa el concepto “intimidad” no existe, conviene darle una vuelta para adaptarnos a las nuevas circunstancias.

Es importante que cada persona pueda tener su espacio de intimidad. Para ello, tienes que elegir qué formula les parece más sencilla. Puedes cerrar la puerta, poner un candado, un cartel de “No entrar”, un papel en rojo o verde para indicar si se puede o no molestar o incluso usar una palabra clave para comunicar al resto de la casa que queremos estar a solas. La idea es hacerlo fácil y evitar interrumpir esos mágicos momentos propios.  

Una manera de introducir el tema en familia es “Ahora que estamos todo el día en casa y vamos a pasar mucho tiempo juntxs, es importante que también tengamos ratitos de intimidad a solas. Todxs necesitamos pensar y dedicarnos tiempo a nosotrxs mismxs para poder llevar esta situación lo mejor posible y disfrutar más cuando compartamos momentos”. Además, otro punto positivo que tiene es que, si pasan tiempo a solas, tendrán más cosas que contarse después.

 

Organizar horarios y tareas

En estos días más que nunca es importante hacer una reunión con las personas que viven contigo para definir quién hará qué y cuándo. Aunque de normal todo el mundo sabe qué rol desempeña en casa, es importante repensarlo y cambiar algunos hábitos para adaptarnos a la nueva situación.

Para las tareas del hogar puedes hacer una ruleta donde salgan las personas que participan y las tareas que hay que llevar a cabo. Una vez la tengas, plantea en qué horarios lo vas a hacer para no perjudicar al resto. Por ejemplo, si una persona teletrabaja por la mañana, quizás es mejor pasar la aspiradora al mediodía para no molestar.

También puedes organizar las tareas del hogar para darse más intimidad. Mientras tú tomas el sol en la terraza, yo limpio los platos; luego yo me relajo en el sofá y tú riegas las plantas”.

¿Cuándo nos juntamos? Aunque vivamos juntxs es importante definir en qué momentos nos vamos a dedicar tiempo y atención, esto nos asegurará que el tiempo compartido es de calidad y nos permitirá tener mejor comunicación. Ejemplo: Comemos a la vez, pero cada persona cena cuando y donde quiere” o “Cada día desayunamos y comemos a la vez y por la noche nos reunimos para ver una película en familia”.

La flexibilidad en la logística del hogar nos ayudará a superar esta cuarentena con éxito.

 

Organizar los espacios comunes

En tiempos de confinamiento hay que aprovechar cualquier espacio, sobre todo en depas pequeños o con mucha gente. En muchas casas hay algún cuarto de los trastos o un pasillo que no se usa. Si lo limpias y ordenas un poco puedes transformarlo en tu espacio de intimidad. ¡El cuarto de la plancha puede convertirse en tu nuevo gym!

Si compartes habitación puede ser difícil disfrutar de tu soledad. Si tienes la posibilidad de “mudarte” a otra habitación, estupendo. Si no, te proponemos hacer una separación temporal con una cortina o unas telas que tengas por casa. ¡Cualquier detalle cuenta!

 

Momentos para pensar

Es importante tener tiempo para pensar en unx mismx, relajarse, escribir tu diario o simplemente descansar mirando el techo”. Para ello, les proponemos que definas tu hora del relax. En este tiempo (el que tú decidas), nadie podrá molestarte. Es tu momento, tuyo y solo tuyo, ¡disfrútalo!

Si eres una persona muy activa y no te va eso de relajarte, puedes empezar por 15 minutos e ir subiendo el tiempo a medida que lo necesites. Lo ideal sería una hora al día que puedes dividir como prefieras.

Recuerda que tu hora de relax no es tu hora de trabajo. Es decir, aunque te pases horas teletrabajando en el despacho a solas, necesitarás tu ratito de tranquilidad al margen de esto.

Y si no te va eso de tener que marcarte un horario de antemano, puedes definir una canción concreta para comunicar a tus compis que estás en tu momento a solas. “Cuando suene esta música quiere decir que no se me puede molestar”.

 

Momentos para conectar con otras personas

Conectar y compartir momentos con otras personas con las que no convivimos (como pareja, amistades o compañerxs de trabajo) también es fundamental para sobrellevar la situación. No hay que renunciar a nuestra vida social, aunque esta vez sea de manera telemática.

Para poder gozar de la intimidad necesaria para hablar sin tapujos (y sin oídos que nos escuchen detrás de la puerta), podemos establecer unos horarios de socialización. Es perfecto si podemos coordinarlos: “De 19:00 a 21:00 quien quiera hace sus videollamadas y después cenamos juntxs”.

Si sus horarios sociales no cuadran, se puede destinar una habitación de la casa que esté más alejada del resto para que cada persona pueda ir allí a hablar con su círculo social.

 

Momentos para conectar con tu cuerpo

Incluso si vives en pareja, es normal que te antoje disfrutar de un rato a solas con tu cuerpo. Te proponemos que elijas una hora del día en la que hayas acabado todos tus quehaceres para deleitarte con una ducha de sensaciones. Ponte música agradable, elige tus jabones preferidos y concéntrate en cómo el agua cae por tu cuerpo. Cuando acabes la ducha, mima tu cuerpo con tu crema hidratante preferida sin olvidarte de ningún rincón.

Si tienes bañera, una vez a la semana puedes bañarte con unas sales de baño, música de fondo y, ¿por qué no?, una copa de tu bebida favorita. Este momento spa te ayudará a aliviar tensiones.

Si te antoja, también puede ser un buen momento para marcarte un baile delante del espejo, hacerte un tratamiento de belleza o divertirte bajo la ducha con tu juguete favorito.

...

Estos cambios son temporales y pronto podrás volver a disfrutar de tus actividades del día a día, pero mientras tanto… ¡no dejes que la pandemia se lleve tu intimidad!