¡Oh, el clítoris! Ese maravilloso algo que sabes que provoca gran placer en una persona con vagina, pero... que no ...
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¡Oh, el clítoris! Ese maravilloso algo que sabes que provoca gran placer en una persona con vagina, pero... que no sabes exactamente qué es. No te preocupes, vamos a despejar todas tus dudas sobre el “pequeño” amiguito y, además, algunos trucos para mimarlo.
¿Cómo algo tan pequeño puede dar TANTO placer?
Bueno, primero de todo, debes saber que el clítoris no es para nada pequeño... Es, más bien, un órgano con un tamaño similar al del pene. Su estructura mide aproximadamente unos 10 cm, como la media de un pene sin erección, aunque tres cuartas partes no están visibles ... ¿QUÉÉÉ?
El clítoris tiene un tejido eréctil que aumenta de tamaño con la excitación y, gracias a su flujo sanguíneo, puede crecer continuamente al ser estimulado. Además, las personas con vagina no necesitan mucho tiempo para excitarse de nuevo, ya que el período refractario es más corto que en el caso de las personas con pene y, por ello, pueden tener la maravillosa capacidad de ser multiorgásmicas.
¿Sabías que este maravilloso órgano es el ÚNICO en el cuerpo humano dedicado SOLO al placer? ¡Bendito seas, querido amigo!
¿Y cómo sé si soy clitoriana o vaginal? La culpa es de Freud...
Un dato histórico que puede interesarte es que, a principios del siglo XX, el psicólogo Sigmund Freud afirmó que el orgasmo ocurría gracias a la penetración vaginal, tachando de neuróticas, inmaduras e infantiles a aquellas personas que lo conseguían a través de la estimulación del clítoris. Es decir, el culpable de que se comenzara a diferenciar el placer clitoriano del vaginal es, sin duda, Freud.
Pero, posteriormente, gracias a Masters & Johnson y otros equipos de investigación, se nombra al clítoris como el responsable del orgasmo en la persona con vagina… Así que, no somos ni neuróticas ni inmaduras ni nada…
Actualmente, se intenta hablar del orgasmo sin hacer distinciones entre orgasmo de clítoris o vaginal. Como te hemos comentado anteriormente, el clítoris no es solo lo que ves, sino que, en realidad, su estructura se extiende por dentro, incluyendo también lo que se conoce como zona o punto G. Mediante la penetración, se estimulan de manera indirecta las estructuras internas del clítoris, pero, en la mayoría de los casos, para poder llegar al orgasmo es necesaria una estimulación más directa. Así que, sea estimulado interna o externamente, directa o indirectamente, el clítoris siempre se ve implicado y por eso hablamos de un único tipo de orgasmo.
Hay tantos clítoris como personas con vulva, cada uno con un tamaño, una forma y una sensibilidad diferente. Unos se excitan con sencillas caricias y otros necesitan más intensidad. Así que olvídate de los orgasmos vaginales o clitorianos: un orgasmo es un orgasmo y puedes conseguirlo con distintas formas de estimulación.
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Y ahora que sabes todo esto, ¿cómo estimulas el clítoris?
Bien, ahora que te hemos dado toda esta información, no vamos a dejarlo así. Queremos compartir contigo cómo sacarle el máximo partido a tu no tan pequeño aliado.
Si quieres estimularlo directamente a solas, te aconsejamos alguna de estas formas:
Con la almohada: disfrutarás rozando tu clítoris con un objeto blando como la almohada y, a su vez, puedes estimularte introduciendo un dedo en tu vagina.
Con los dedos: estírate y toca tu clítoris con los dedos, especialmente con el dedo índice, haciendo movimientos circulares y con un ritmo ascendente. Prueba con diferentes presiones hasta que estés a punto de llegar al clímax, momento en el que deberás aumentar la velocidad de la estimulación para poder explotar de placer. En este caso, la crema orgásmica puede ser una gran aliada; simplemente aplicando unas gotas sobre tus genitales sentirás cómo aumenta la sensibilidad de la zona, multiplicando tu placer, aumentando la lubricación y alcanzando orgasmos más intensos.
En la ducha: sitúa la alcachofa hacia arriba y cerca del clítoris. Sube y baja la intensidad del agua y deja volar tu imaginación. Te resultará de lo más excitante.
Con un juguete: si lo tuyo es llegar al orgasmo sin estar pensando en la mecánica, te recomendamos a Cala, y es que es la compañera perfecta para disfrutar de tu clítoris. Tú solo túmbate, enciéndela y ¡prepárate para disfrutar! Cala es un juguete potente, con un motor capaz de hacer lo que ni siquiera tu mano puede conseguir, pensado para estimular cada centímetro de tu piel. Y, por qué no, atrévete a tener orgasmos fuera de casa con él.
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¡Atención! Posturas para disfrutar de tu clítoris en pareja
Sí, sí, como lees. Y es que no podíamos acabar este post sin darte unos truquitos para disfrutar en pareja. Te recomendamos dos posturas del Kamasutra para disfrutar de tu clítoris y sacarle partido ¡junt@s!:
El saltamontes: con esta postura del Kamasutra la persona con vagina tiene el poder porque es la que decide cuánta fuerza aplicar, cómo moverse y a qué velocidad. Mediante la penetración se estimula la zona G y, a su vez, la otra persona puede estimular el clítoris con los dedos y así disfrutar de una estimulación completa de la parte externa del clítoris y todas sus ramificaciones interiores.
Frente al espejo: en esta postura del Kamasutra, la pareja está penetrando por detrás, estimulando de manera directa la zona G. Al mismo tiempo, cualquiera de l@s dos puede estimular el clítoris con los dedos o con la ayuda de la bala vibradora Neo Plus, pequeña pero matona.
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Ahora tienes todo lo que necesitas para llegar al siguiente nivel. ¿A qué estás esperando?
Seguramente has oído hablar del squirt o del squirting. Bien sea porque un pajarito te lo comentó, porque lo viste ...
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Seguramente has oído hablar del squirt o del squirting. Bien sea porque un pajarito te lo comentó, porque lo viste en aquel capítulo de Californication o porque lo descubriste un día viendo porno.
Sea como sea, seguro que te gustaría llegar a tener un squirting o conseguir que la persona con la que tienes relaciones sexuales llegue a experimentar esta sensación.
Pues bien, hoy aquí te vamos a dar unos cuantos consejos para conseguir el squirting… Porque todas las personas con vagina estamos potencialmente preparadas para conseguirlo y, además, merecerá la pena intentarlo porque el placer está más que asegurado.
Squirting: desmintiendo el mito
Permítenos desmentir un mito alrededor del squirting: la eyaculación femenina (o, mejor dicho, vaginal) y el squirting NO son lo mismo, podemos decir que son “fenómenos” diferentes. Sí, tal y como lo lees. Se parecen, pero no son lo mismo debido a que los órganos y los mecanismos que los producen son diferentes.
La eyaculación vaginal es la más común: en el momento del orgasmo, las personas con vagina liberamos una especie de líquido blanquecino que puede llegar a confundirse con la lubricación procedente de la excitación sexual. También puede ser expulsada con la orina, a través de la uretra, después del encuentro sexual. Las responsables de la eyaculación son las glándulas Skene, y la cantidad de líquido que se segregue durante el orgasmo dependerá del tamaño de las mismas.
Entonces, ¿qué es el squirting?
El squirting consiste en que al estimular dos zonas claves, se expulse por la uretra un chorro de líquido transparente, que sale de la vejiga y está compuesto básicamente por una mezcla entre urea y otros componentes parecidos a los de la orina... Sí, sí, así como suena, aunque debes tener en cuenta que la mayoría de personas no han llegado a experimentar un squirting nunca, y – algunas de las que lo han conseguido – ha sido de manera inesperada y embarazosa.
Y te preguntarás, ¿pero cómo se consigue? Pues lxs personas que lo han experimentado comentan que se consigue mediante una estimulación vigorosa de la zona G y/o clítoris.
Es importante que sepas que tener un squirting no significa que disfrutarás más que en un orgasmo cualquiera, es simplemente una manifestación sexual más, así que no te desesperes si no lo consigues.
Ahora que lo tienes claro ¿cómo conseguir el squirting?
Como lo prometido es deuda, a continuación te damos unos consejitos para que lograr el squirting sea más efectivo:
Relájate: primero de todo debes estar convencidx de que lo quieres hacer así que, relaja tu mente y déjate llevar. Puedes probar respirando lentamente durante unos minutos y concentrándote en la respiración. Otro truco que también funciona es concentrarte en la manera en la que tu pareja sexual te toca, en cómo te besa... procura disfrutar con cada estimulación.
Conéctate con la experiencia: y es que, a veces, nos preocupamos demasiado por la meta – conseguir el squirting – y nos olvidamos de disfrutar cada segundo de la experiencia sexual. Estar demasiado enfocadxs en llegar nos puede privar de pasarlo bien y, por tanto, alejar nuestra meta cada vez más.
Lubrícate: si ya sabes que tu objetivo es conseguir el deseado squirting, y que nuestro principal aliado será la zona G, no dejes de lado una ayudita extra. Te recomiendo que pruebes el lubricante efecto calor que aumenta la sensibilidad de la zona G y lo hace más… amigable.
Estimula: puedes hacerlo con tus dedos, con el pene de tu pareja o con un juguetito sexual. Estírate, relájate y disfruta. Cuando estimules tu zona G debes ir probando, cambiando el ritmo y la forma de estimular. Te recomendamos a Genio Plus, creado especialmente para llegar a la zona G gracias a su punta curvada y a su tamaño perfecto.
¡No te olvides del clítoris! El squirting requiere un trabajo en equipo entre la zona G y el clítoris, así que, mientras estimulas uno, no olvides de darle amor a nuestro querido amigo… escúchalo y tócalo como él te pide.
No te alarmes si sientes ganas de orinar… Si buscas conseguir el squirting es una sensación que seguro sentirás. Que te sirva como pista para saber qué vas por muy buen camino.
Ayudita extra: mejores posturas para el squirting
Y para que disfrutes al máximo, te vamos a dar un par de posturas claves para que la estimulación de la zona G sea más directa y más efectiva:
Vaquera: es genial para estimular la zona G porque puedes mover las caderas y adaptarte buscando la comodidad. Puedes inclinarte hacía delante o hacia atrás, ajustar la velocidad y también la presión aplicada en la zona G, según te vaya gustando más.
Perrito: es la más fiable para estimular la zona G porque la presión se da directamente en la pared frontal de la vagina, llegando a la zona G y estimulándola de manera repetida.
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Esperamos que todas estas recomendaciones te sean útiles para saber por dónde empezar así que… ¡manos a la obra y a explorar!
Has oído hablar sobre el punto G más o menos desde que tienes uso de razón. En todos los programas que veía tu madre en la tele hablaban del punto G. Siempre te has preguntado qué narices era eso, pero l@s mayores no te lo decían, en parte porque eras muy peque y en parte porque ni ell@s lo tenían muy claro.
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Has oído hablar sobre el punto G más o menos desde que tienes uso de razón. En todos los programas que veía tu madre en la tele hablaban del punto G. Siempre te has preguntado qué narices era eso, pero l@s mayores no te lo decían, en parte porque eras muy peque y en parte porque ni ell@s lo tenían muy claro.
Y es que el punto G, o más bien la zona G, es como el Zeus de la mitología sexual. Todo el mundo habla de él. Hay quien afirma su existencia y la defiende a capa y espada. También hay quienes son firmes detractor@s de este maravilloso punto. Otra gente se muestra agnóstica y dicen que no sabe ni contesta. ¿Y nosotr@s? Nosotr@s lo defendemos a muerte. ¿Por qué? Porque, cuando sientes el placer que te provoca la estimulación del punto G, no hay lugar a dudas.
¿Y qué narices es el punto G?
El punto G, o zona G, es una de las principales zonas erógenas de las mujeres y personas con vagina. Se trata de la prolongación del clítoris en el interior de la vagina, y se encuentra en el interior de esta, en la pared frontal, a uno 3-5 centímetros de la entrada. Eso significa que, efectivamente, no hace falta un pene o un juguete gigante para estimularlo. El tamaño no importa.
Actualmente se habla de él como zona G, ya que no se trata de un punto específico y mágico, sino de un área dentro de la vagina desde donde se contacta directamente con el clítoris interno.
El médico francés Pierre Foldés –creador de un método quirúrgico que permite reparar los daños causados por la mutilación genital femenina –afirma que existe una importarte relación entre el punto G y el clítoris. Nos dice que “cuando se presiona el punto G, toda la estructura del clítoris y la vagina se deforma”, lo que no ocurre cuando se presiona cualquier otro punto. Por tanto, se corrobora que el punto G funciona como eje coordinador del sistema vaginal, que funciona de manera más rítmica y flexible que el pene.
¿Cuál es su origen?
El descubrimiento del punto G data de los años 40 y ocurrió mientras el Doctor Gräfenberg estudiaba la uretra femenina. O sea, que fue de pura casualidad. De todos modos, no se hizo popular hasta 1982, con la publicación de The G spot and Other Recent Discoveries About Human Sexuality, siendo aun así criticado por l@s especialistas de ginecologiá más destacad@s de esos años. No fue hasta años después cuando su existencia fue demostrada, gracias a diferentes observaciones.
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¿Cómo lo encuentro?
Lo ideal es que te tumbes en la cama, bien relajad@, sin prisa. Ahora solo tienes que introducir dos dedos hasta la mitad en tu vagina. Sin Google Maps ni transbordos en el metro. Fácil.
Bien, ¿y ahora qué? Ahora tienes que palpar la zona hasta encontrar (como ya dijimos, a entre 3 y 5 centímetros de la entrada) un área un poco rugosa, de una textura similar a la de la zona del paladar más cercana a los dientes.
Si te resulta difícil – lo cual no nos extrañaría tanto, alrededor del 45% de las mujeres y personas con vagina tienen dificultad para encontrarlo – te recomendamos que uses la crema Lluvia de Amor, de Shunga. No solo hará el punto G más fácil del encontrar, sino que también hará la estimulación mucho más placentera (si es que eso era posible).
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¿Cómo lo estimulo? (Pista: sin disimulo)
El punto G no quiere sutilezas, quiere estimulación directa. Así que tendrás que usar los dedos o un juguetito para hacerlo. Esta estimulación consiste en encontrar el eje interno o zona G que coordina el ritmo de todo el conjunto vaginal, que no se encuentra en el mismo sitio en cada persona.
CON LOS DEDOS: tan solo tendrás que realizar con uno o dos dedos el clásico gesto de “Ven aquí”, dando suaves toquecitos sobre el punto G.
CON UN VIBRADOR: existen vibradores especialmente diseñados para estimular el punto G. Sí, va en serio. Un claro ejemplo es el vibrador Genio, que tiene una preciosa punta curvada diseñada para tocar tu punto G sin necesidad de buscar. Como un periscopio capaz de ver los puntos de mayor placer.
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Sabrás que lo has hecho bien – aparte de por un placer superintenso – porque notarás una sensación como de que te haces pipí. Tal vez eso te dé ganas de parar, pero no has de hacerlo, continúa estimulando la zona hasta que llegue EL ORGASMO.
Punto G y eyaculación femenina
En la zona G se encuentran las glándulas de Skene, también llamadas glándulas uretrales, punto U o próstata femenina, que son las “culpables” de la famosa eyaculación femenina.
Durante la excitación, estas glándulas producen un líquido que finalmente se expulsa durante el orgasmo de manera similar a la eyaculación masculina.
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Ahora que sabes muchas más cosas sobre el punto G, ¿a qué esperas para empezar a jugar con él? ;)
Amarás tus Bolas Chinas sobre todas las cosas
¿Qué son las bolas chinas? ¿Cuáles son sus beneficios? ¿Cómo se usan? ¿A qué huelen las nubes? Y para responder todas estas preguntas y muchas más hemos creado la Biblia de las bolas chinas. ¿Estás preparada?
Queremos contarte cómo utilizarlas, cuáles son los tiempos de uso recomendados, los diferentes tipos de bolas chinas que existen y qué beneficios te aportarán sin que tan siquiera te des cuenta.
Vamos, que venimos a hacerte ver que las bolas chinas son el complemento ideal para cuidarnos y disfrutar de nuestra salud y vida sexual todavía con más alegría.
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Amarás tus bolas chinas sobre todas las cosas
¿Qué son las bolas chinas? ¿Cuáles son sus beneficios? ¿Cómo se usan? ¿A qué huelen las nubes? Y para responder todas estas preguntas y muchas más hemos creado la Biblia de las bolas chinas. ¿Estás preparad@?
Queremos contarte cómo utilizarlas, cuáles son los tiempos de uso recomendados, los diferentes tipos de bolas chinas que existen y qué beneficios te aportarán sin que tan siquiera te des cuenta.
Vamos, que venimos a hacerte ver que las bolas chinas son el complemento ideal para cuidarnos y disfrutar de nuestra salud y vida sexual todavía con más alegría.
Qué son las bolas chinas
Las bolas chinas, también denominadas bolas de Geisha o Ben Wa, tienen origen en Japón (como su propio nombre nos indica) y consisten en dos bolas unidas por un cordón que, a su vez, contienen otras bolas más pequeñas en su interior que vibran con tus movimientos. Aunque también existe la modalidad de una sola bola china para principiantes o para casos particulares, como el de personas con descenso de la matriz.
Además, las bolas chinas siempre van unidas a un cordón de extracción que debe quedar en el exterior de la vagina.
Cuáles son los beneficios de las bolas chinas
Mayor tonificación de los músculos pélvicos
Mayor control de los músculos vaginales (evitando pérdidas de orina)
Incremento en la sensibilidad y placer durante tus relaciones sexuales
Orgasmos más largos e intensos
Mejora del estado de ánimo, especialmente durante la menopausia
Aumento del deseo sexual
Aumento de la lubricación natural de la vagina
¡Quiero unas!
Cómo mejora los orgasmos el uso de bolas chinas
Un orgasmo “normal” puede provocar entre 3 y 5 contracciones de la musculatura pélvica, mientras que un orgasmo intenso genera entre 10 y 15 contracciones. Entrenándote con las bolas chinas generas estas contracciones de manera inconsciente en tu día a día y, por supuesto, esto se nota en tu vida sexual.
Cuándo notaré los beneficios de las bolas chinas
Si realizas tu entrenamiento con constancia verás que en menos de un mes comenzarás a notar sus resultados.
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Cómo debo utilizar las bolas chinas
Es importante que uses las bolas chinas de pie, ya que debido a la fuerza de la gravedad y el propio peso de las bolas sentirás que siempre intentan ir hacia abajo; un efecto que nuestros músculos vaginales corrigen mediante contracciones para mantenerlas en nuestro interior de manera inconsciente.
También es crucial que recuerdes que trabajar el suelo pélvico no es solo cosa de apretar y soltar los músculos pélvicos. Los ejercicios de Kegel van más allá:
Lo primero que debes hacer es ubicar los músculos de tu suelo pélvico. Para ello bastará con que hagas el movimiento de aguantar el pis. Sí, como lo oyes. Pero ojo, esta es la manera de localizarlos, no es bueno que repitas este movimiento para realizar los ejercicios, ya que puede ser perjudicial para la vejiga.
Ahora relaja el suelo pélvico y estira los músculos haciendo ejercicios de Kegel inversos, que mejoran la flexibilidad y reducen la tensión muscular. Se trata de un movimiento similar al que haces cuando vas al baño. Eso sí, no hagas tanta fuerza como haces en tu momento All-Bran.
Trabaja tu respiración: mientras haces los ejercicios de Kegel básicos, espira contrayendo tu suelo pélvico y desinflando la barriga (esto hará que trabajes más músculos, como los abdominales inferiores). Mientras realizas ejercicios de Kegel inversos, inhala bajando el diafragma y, en consecuencia, los músculos del suelo pélvico (esto te dará una sensación de relajación total en la zona).
Juega con distintos pesos: algunas bolas chinas te ofrecen la posibilidad de cambiar sus pesos, para que vayas aumentando la intensidad de los ejercicios gradualmente, sin sobrecargar los músculos de tu suelo pélvico.
Lleva tus bolas chinas mientras haces tus tareas caseras, das un paseo por la calle, estás de compras, te duchas, etc. Eso sí, no es recomendable llevarlas puestas mientras haces ejercicios de gran intensidad. O sea, que en el gym no.
Cómo se colocan las bolas chinas
Colocarse las bolas chinas es muy sencillo. Relájate y, del mismo modo que te colocas un tampón, introdúcelas en el interior de tu vagina empujando con el dedo hacia arriba y dejando que su cordón de extracción sobresalga.
Puedes acompañar la inserción de las bolas chinas con un poco de lubricante a base de agua o simplemente aprovechando tu lubricación natural.
Cuánto tiempo debo llevar puestas las Bolas Chinas
El tiempo de uso de las bolas chinas debe aumentar gradualmente. Las primeras semanas valdrá con llevarlas de 15 a 30 minutos, entre tres y cinco días a la semana. Más adelante, aumenta el tiempo de uso hasta los 60 minutos (no hace falta que las lleves más tiempo, pues podrías sobrecargar la musculatura innecesariamente).
Y cuando ya seas especialista (¡no tardarás en serlo!), podrás llevarlas una hora cada día si lo deseas.
Errores más comunes durante el uso de bolas chinas
Te contamos cuáles son los errores más comunes a la hora de usar las bolas chinas para que puedas evitarlos más fácilmente:
Hacer demasiada fuerza a la hora de usarlas: El esfuerzo es gradual. Parece lógico que, si tienes los músculos pélvicos sin ejercitar, la solución sea trabajarlos lo más posible. En muchos casos es así, pero con los músculos, el trabajo ha de ser gradual.
Centrarse en los músculos más obvios: para ejercitar el suelo pélvico, es necesario trabajar la musculatura vaginal de un modo más completo, de este modo evitarás sobrecargar ciertos músculos y dejar otros.
Usarlas durante más tiempo del recomendado: ya te hemos dicho cuánto tiempo has de usar las bolas chinas cada día. ¡No es recomendable sobretrabajar los músculos vaginales!
Mantenimiento de las bolas chinas
Es importante que las limpies bien con agua tibia y jabón antes y después de cada uso. También es recomendable el uso de un ‘Toy Cleaner’ para una desinfección total y después dejarlas secar al aire.
Para su almacenamiento lo más práctico es una bolsita de tela o su estuche.
Por otro lado, es recomendable que, cuando ya estén gastadas, cambies tus bolas chinas por unas nuevas. Además, con el tiempo, siempre es una buena opción probar nuevos tipos de bolas chinas que seguro que seguirán ayudándote a conseguir una vida sexual más sana y satisfactoria.
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Ahora que ya sabes todos los beneficios de las bolas chinas, ¿no te mueres de ganas por empezar a entrenar tu suelo pélvico?
¡Sí, por favor!
Que el 70% de las mujeres y personas con vagina haya reconocido fingir un orgasmo alguna vez en su vida es un dato que no es nuevo para casi nadie. Y hacemos hincapié en el “haya reconocido”, porque el fingir no fingir también se puede dar y se tiene que tener en cuenta.
Ahora bien, ¿por qué fingen? Sabemos que el orgasmo no depende única y exclusivamente de la calidad de la relación sexual, y que el factor psicológico es superimportante. Pero con nuestros consejos, seguro que te será sencillísimo hacer que llegue.
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Que el 70% de las mujeres y personas con vagina haya reconocido fingir un orgasmo alguna vez en su vida es un dato que no es nuevo para casi nadie. Y hacemos hincapié en el “haya reconocido”, porque el fingir no fingir también se puede dar y se debe tener en cuenta.
Ahora bien, ¿por qué fingen? Seamos clar@s, sabemos que el orgasmo no depende única y exclusivamente de la calidad de la relación sexual y que el factor psicológico es superimportante. Pero con nuestros consejos, seguro que te será sencillísimo hacer que llegue.
1. El clítoris no es un timbre
O sí, así que no le des tan fuerte o terminarás fundiéndolo. El clítoris es uno de los puntos más sensibles y puede provocar que llegue en menos de un minuto, si sabes cómo.
Lo primero, localízalo bien: el clítoris es esa especie de perlita que marca el inicio de los labios. Lo segundo, el clítoris es algo muy personal, así que no a todo el mundo le gusta que se lo estimulen de la misma manera. Un dedo, dos, en círculos, toquecitos... ¡te toca descubrir qué le gusta más a tu compi de juegos!
2. No olvides los pechos
A todo el mundo le enloquecen los pechos, ya sean grandes, pequeños o medianos. Pero luego os olvidáis de ellos, los dejáis abandonados, botando sin rumbo. Y no, son cruciales. ¿Sabías que hay personas que son capaces de llegar al orgasmo simplemente con la estimulación de los pezones? Pues ya lo sabes.
Acarícialos, lámelos, mordisquéalos o incluso atrévete a probar accesorios para estimular los pezones de tu pareja. Verás cómo, en un segundo, tu compi empieza a encenderse. Y tú también.
3. El conejito de Duracell en la cama... NO
Y no es por lo de que “Y dura y dura y dura...”, eso nos parece bien –dentro de unos límites –, sino por lo de conejito. Para conseguir un ritmo constante, ya existe el otro conejito. Para todo lo demás, lo ideal es que te muevas con salero, con cambios de ritmo (que no con arritmia), y que tengas en cuenta las reacciones de tu compi de juegos. Y de aquí excluimos el clásico rapidín, superpasional e intenso, fuente inagotable de orgasmos. Y los sprints finales, por supuesto.
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4. El sexo es comunicación
No hace falta que tengáis una charla-coloquio después de cada coito. Pero sí que está bien que comuniquéis qué os ha gustado más, qué os ha gustado menos y qué os apetece probar porque lo habéis visto en una peli/revista/lo que sea.
También es crucial comunicar durante el sexo. Pregunta si le gusta así o asá, si se siente a gusto. Detalles bonitos que facilitan el flujo de información.
5. Haz que se sienta una deidad
A veces pecamos de inexpresivos durante el sexo. Si a ti te pone ver a tu pareja disfrutar al máximo, te aseguramos que a ella le pasa lo mismo. ¿Lo hace bien? Pues que se note.
Y es que no hay nada para llegar al orgasmo como sentirse una deidad del sexo, desead@ y de todo. Así que dile lo sexy que está, lo mucho que te pone y las ganas que tienes de hacer que disfrute.
6. A veces, menos es más
Por algún motivo, hablamos de la postura del misionero como si fuera lo peor del universo. Para gente sosa, aburrida, para quienes solo lo hacen por cumplir.
NO. Mentira cochina. El misionero es una postura muy común, sí. Y lo es porque es cómoda, íntima, permite una penetración profunda y un fácil acceso al clítoris. Si crees que a tu compi le cuesta llegar, empieza con una postura como esta, que os permita mantener contacto visual y estar muy cerquita. Y luego ya os revisáis el Kamasutra de arriba a abajo.
Eso sí, hemos dicho A VECES. Tampoco te apoltrones.
7. Cada persona es un mundo
Puede que a tu ex le encantara que le dijeras que l@ querías mientras lo hacías y que le acariciaras el pelo con dulzura. Pero también puede que a tu compi actual ese rollo no le vaya nada y que prefiera que, durante el sexo, le demuestres que estás al mando.
Hacerlo por primera vez con una persona es un poco como volver a perder la virginidad, pero menos torpe, eso sí. Así que daos un tiempo para conoceros en la cama, experimentad, descubrid qué se os da mejor hacer junt@s, y vuestro esfuerzo se verá recompensando.
8. El orgasmo no lo es todo
El sexo no es una carrera de fondo. Muchas veces las mujeres y personas con vagina fingen porque creen que, si no lo hacen, pensarás que no han disfrutado. Se puede disfrutar muchísimo del sexo sin tener un orgasmo; así que, si un día tu compi no llega, no te martirices, puede ocurrir. Lo que sí que es muy importante es que nunca seáis egoístas en la cama, porque esto es (como mínimo) cosa de dos.
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¡A disfrutar!
El sexo es natural. El sexo es sano, es enérgico, es deporte. Es revitalizante, es refrescante, es divertido. El sexo es comunicación. Puede ser lento, rápido, romántico, suave, sucio. El sexo es muchas cosas; pero, sobre todo, el sexo es amor.
Lo puedes practicar en cualquier parte de la casa. Con una persona, con dos, o con las que quieras o, y de esto queremos hablarte, lo puedes practicar a solas.
Y es que, por mucho que a veces cueste creerlo, la mejor manera de disfrutar del buen sexo es conocerse a un@ mism@. Qué nos gusta, qué no nos gusta, qué queremos en cada momento, cómo llegar al orgasmo rápido, cómo retrasarlo…
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El sexo es natural. El sexo es sano, es enérgico, es deporte. El sexo es excitante, es revitalizante, refrescante, divertido. El sexo es comunicación. Puede ser lento, rápido, romántico, suave, sucio. El sexo es muchas cosas; pero, sobre todo, el sexo es amor.
Lo puedes practicar en cualquier parte de la casa. Con una persona, con dos, o con las que quieras o (y de esto queremos hablarte) lo puedes practicar a solas.
Y es que, por mucho que a veces cueste creerlo, la mejor manera de disfrutar del buen sexo es conocerse a un@ mism@. Qué nos gusta, qué no nos gusta, qué queremos en cada momento, cómo llegar al orgasmo rápido, cómo retrasarlo…
¿Qué buscamos entonces? Queremos ayudarte a quererte más. Más y mejor. ¿Por qué? Porque la masturbación, y en este caso nos tenemos que referir únicamente a la de mujeres y personas con vagina, sigue siendo un mundo desconocido para muchas.
Y, aunque mucha gente ya lo conoce, queremos compartir con contigo unos cuantos sextips que te ayudarán a disfrutar mucho más del sexo sin compañía y, por ende, del sexo en general.
Crea el ambiente adecuado
En este caso las mujeres y los hombres tendemos a ser diferentes. Ellos suelen ser muy visuales y apoyarse, en bastantes ocasiones, en imágenes para la masturbación; mientras que las mujeres suelen jugar con sensaciones, recordar encuentros sexuales que han vivido recientemente o fantasear con otros que les encantaría vivir. Ay sí, Edward Norton, así…
Pero si te apetece experimentar con lo visual y buscas algo erótico y sutil, te recomendamos que eches un ojo a los vídeos creados, y en muchas ocasiones protagonizados, por Vex Ashley, una joven que ha sabido acercar el porno a quienes no se atrevían a verlo. O puedes echar un ojo a esta lista de películas que seguro harán que suba la temperatura de tu habitación.
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Clítoris vs Vagina
Existen dos teorías sobre esto. La primera afirma que existen dos tipos de personas con vagina: las que solo pueden alcanzar el orgasmo con la estimulación del clítoris (la mayoría) y las que pueden alcanzar también el orgasmo a través de la penetración vaginal.
La segunda afirma que todas, bien estimuladas, pueden conseguir llegar al orgasmo únicamente mediante penetración. Nosotr@s, por no dejar a ninguna zona erógena fuera, preferimos ir a por todo y estimular ambos puntos a la vez. Puedes hacerlo tú misma o con un juguete tipo rabbit que permita la estimulación dual, como el vibrador Nico.
No olvides el resto de tu cuerpo
¿No te encanta que, cuando practicas sexo, tu compi juegue con tus pezones? ¿O que acaricie el interior de tus muslos? ¿Entonces por qué no ibas a hacerlo tú durante la masturbación? Utiliza tu mano libre para acariciar las zonas de tu cuerpo que más disfrutes. Descubre cuáles te hacen enloquecer y cuáles no te hacen ni fu ni fa. Y así podrás comunicárselo más fácilmente a tu compi de juegos.
Ten en cuenta sus beneficios
Masturbarse no es solo placentero; realmente te aporta un montón de beneficios. La masturbación es un potente desestresante. Hay estudios recientes que afirman que masturbarse es bueno para tu salud, ya que fortalece el sistema inmunológico.
También es, al igual que el sexo, un potente analgésico que suaviza, especialmente, los dolores menstruales. Y, al subir tus niveles de dopamina y oxitocina, te hará sentir superfeliz y una gran relación. De hecho, si tienes problemas de insomnio, masturbarte puede ayudarte a dormir mejor.
En resumen, la masturbación es el modo perfecto de conocer tu cuerpo, descubrir qué te gusta, gozar de una vida sexual más divertida, plena y satisfactoria, y de desestresarte. Una vez dicho esto... ¡a quererse todo el mundo!